28 nov 2008

Fw: FW: Rv: HOMENAJE A GEORGE HARRISON




Este show fue en homenaje a George Harrison
dos años después de su muerte.En guitarra,
Erik Clapton y el hijo de Harrison. En piano
Paul Mc Cartney, en la 1º batería Ringo Star.
en la segunda Phill Collins, otra guitarra con
Tom Petty y órgano y voces Billy Preston.
Maravilloso !!!
DISFRÚTENLO...


19 nov 2008

EL MOMENTO ES HOY UCR LOMAS DE ZAMORA

Los últimos sondeos de opinión dan cuenta de un notable deterioro del matrimonio presidencial, esto no es nuevo, desde el conflicto con el campo y a solo 90 días de asumir la presidencia, Cristina Kirchner no ha dejado de caer en todos los relevamientos de opinión, pero a diferencia de aquel momento culminante cuando se voto la resolución 125, ahora la oposición también atraviesa una crisis de credibilidad.

En aquel conflicto, el arco opositor apareció unido y pudo articular una estrategia política que logro la primera derrota de los Kirchner desde 2003.
Hoy la situación ha cambiado, no es que el gobierno o el matrimonio Kirchner haya mejorado sino que no se logra visualizar no solo una oposición sólida sino algo mas importante, la aparición de una alternativa política al kirchnerismo gobernante.

Podemos decir que hay algo que esta terminado que esta agotado en sus capacidades políticas pero lo nuevo lo que lo sucederá le falta bastante para nacer.
Luego del auspicioso anuncio del Presidente del Socialismo en la Convención Radical para explorar la posibilidad de caminar juntos , la oposición no hizo mucho mas que eso, se quedo en el declaracionismo estéril y algún que otro golpe de efecto.

El acto del Luna Park, el homenaje y la amplia reivindicación social de la figura de RAUL ALFONSIN, reunió a todos los radicales, a los que se quedaron en el partido resistiendo y aquellos que transitoriamente eligieron otros caminos, todavía retumba el mandato del ex presidente para que los actores políticos dialoguen mas, como debe ser en una democracia en serio, sin egos inútiles y egoísmos individualistas.

La reunión promovida por el presidente de la UCR Gerardo Morales y Lilita Carrio por la Coalición Cívica marca un quiebre en las conductas que venían asumiendo las fuerzas de la oposición, es una bisagra que necesitaba de gestos fuertes de coraje de grandeza, ya nada será igual en el escenario político y provocara reacciones y definiciones que posicionara a cada sector recomponiendo el mapa político de 2009, que se proyectara inmediatamente al 2011.

Necesitamos necesariamente mirar al pasado pero solo para no repetir nuestros errores, por eso no debemos invalidar los diálogos imprescindibles que generen las condiciones políticas y programáticas para construir una alternativa que hoy es esencial para oxigenar nuestra democracia y reestablecer los equilibrios republicanos.

Ya estamos en la transición hacia un nuevo gobierno, los tiempos políticos los impuso el propio kirchnerismo y su estilo confrontativo e irracional, debemos parar su alocada carrera a ninguna parte.

Los dirigentes políticos deben hablar y actuar enérgicamente, se necesitan actos y decisiones que la sociedad perciba claramente, no hay que encriptar los mensajes para que los decodifiquen los especialistas, la sociedad debe visualizar que hay una oposición que busca coincidencias, que busca soluciones que tiene propuestas, que quiere constituir una alternativa distinta, desde otra tradición política, que no es el peronismo, para lo cual es imprescindible el dialogo. la discusión y los consensos.

La Pcia de Buenos Aires es el distrito más importante del país y donde el oficialismo va poner todos los recursos que tiene para hacer una buena performance electoral
El Radicalismo de la Pcia y las demás fuerzas políticas deben actuar con responsabilidad histórica, sin personalismos, sin oportunismos ni disputas personales que la gente repudia, ningún dirigente esta exento de pasado, todos debemos bregar para llegar a las coincidencias que terminen con 20 años de gobiernos justicialistas que han depredado la Pcia dejándola con mayor pobreza, marginalidad e inseguridad.

El camino será arduo pero tenemos la obligación moral y el mandato generacional para encararlo.
Nuestra tarea en la Pcia de Buenos Aires será ir reconstruyendo un Radicalismo fuerte, sólido, recuperando la credibilidad y confianza perdidas, promoviendo la reconciliación mas abarcadora posible de los radicales, evitando las recriminaciones reciprocas y que nos obligue a mirar al frente.
Hace falta un espacio común, un dialogo abierto sin condiciones para que nadie se sienta excluido, fortaleciendo nuestra identidad, nuestros valores y principios, confiriéndole la representación de este Nuevo Radicalismo a los dirigentes mas creíbles.

No debemos obsesionarnos con lo ideológico frente a un peronismo que es todo y nada al mismo tiempo, la pugna será entre la modernización republicana y democrática y el continuismo populista y corrupto.

La CONVERGENCIA DEMOCRATICA que estamos planteando debe estar basada más en partidos políticos y en privilegiar lo institucional que en las personas o individualidades, pero además en un país carente de estrategias y proyectos a mediano plazo urge exhibir un proyecto de país que se adapte a los cambios profundos de estos tiempos.
La elección del 2009 debe servir para equilibrar el poder, frenar los abusos y la corrupción en la Argentina pero también para presentar una construcción política que pueda competir electoralmente , dispute el poder al kirchnerismo y se convierta en una alternativa real y no en la sucesión gatopardista y mutante del peronismo.

12 nov 2008

ESTA ES LA OPORTUNIDAD HISTORICA

Esta es la oportunidad histórica. El gobierno de los Kirchner se debate en una creciente decadencia y degradación institucional.
Su Administración está atravesada por graves casos de corrupción que el kirchnerismo no sólo no tiene voluntad de investigar, sino que además coloca obstáculos para que no puedan esclarecerse las graves denuncias que se formulan en su contra.
El viento de cola, que en materia económica hizo crecer al país, ya no existe. Esta nueva situación trae el fantasma de la recesión y la desocupación sin que, lamentablemente, los años de bonanza hayan sido aprovechados.
La Administración del matrimonio degradó las instituciones e implementó un plan con pretensiones hegemónicas, basados en una concertación inexistente, como lo demuestra la falta total de diálogo con las fuerzas políticas de oposición, la confrontación para lograr la sumisión de los sectores productivos, los innecesarios agravios a la Iglesia y el aislamiento internacional de la Argentina.
Es hora de cambiar y para ello la Oposición democrática tiene una oportunidad histórica. Esa oportunidad debe guiarse con el firme propósito de constituir un espacio social- demócrata moderno que se constituya en una alternativa al populismo dominante del kirchnerismo y sus variantes.
La tendencia en el mundo es la de la reivindicación de los Partidos Políticos, organizaciones políticas fuertes que no sólo sean capaces de ganar una elección, sino también de gobernar en beneficio del pueblo y la nación.
La reunión celebrada en el Comité Nacional de la Unión Cívica Radical, entre las autoridades de nuestro Partido y miembros de la Coalición Cívica, es un primer paso en la dirección correcta. Los próximos deben darse con generosidad ampliando los contactos que permitan crear ámbitos de debate que alcancen las coincidencias programáticas que aseguren la gobernabilidad futura. En particular con el Partido Socialista, sobre la base de partidos políticos sólidos y con tradición se podrá construir la alternativa que el pueblo reclama.
Las reglas de oro de la Democracia son el equilibrio y el control del poder y la alternancia en el ejercicio del mismo, éstas sólo serán posibles con la construcción de una fuerza social-demócrata amplia que pueda canalizar la voluntad de millones de argentinos.
El Radicalismo está dispuesto a cumplir con este imperativo histórico, aguardamos esperanzados la respuesta de otros Sectores y Partidos afines para reencauzar a la actividad Política, ponerla al servicio de los sectores populares y devolver al pueblo argentino la confianza en sus instituciones.Firmado:Federico T. M. Storani

4 nov 2008

ESE HOMBRE, RAUL ALFONSIN

Esta carta de lectores la envio Adriana Zerrizuela y fue publicada por el Diario Clarin, gracias Adriana por sentir la politica tan intensamente.


Ese hombre, cuando yo tenía 18 años, me hizo sentir protagonista de la historia de este país. Nos convenció de que nosotros éramos la vida, contrastando con otras voces QUE DECÍAN QUE ERAMOS LA RABIA. A ese hombre le agradezco porque me llenó de fervor democrático, afirmó mis ideas y las transformó en convicciones, esas mismas que aún conservo y sigo defendiendo.
Hoy tengo 25 años más, como los que cumplió la democracia, y me niego a que sea la historia la que reivindique a este hombre. Sólo aquellos que lo vivimos podemos dar testimonio y fe de lo que en esos tiempos su espíritu democrático, su obsesión por la construcción del consenso, su fuerza, su tesón y su tozudez, despertaron en nuestro ser.
Hoy, que a mí y a todos los de mi generación se nos derrumbaron un montón de ilusiones que forjamos por aquel entonces, ese hombre sigue allí, como un viejo roble, haciendo oír, aún, su voz inquebrantable. A ese hombre, lo veo ahora tan humano, que aunque alguna vez hasta hizo que habitara en mí la sospecha de cierta claudicación, sigo admirándolo hoy más aún.
SALUD, RAUL ALFONSIN, HOMBRE SIN TEMPLO, QUE DESCIENDA SOBRE TODOS NOSOTROS, TU EJEMPLO.



Adriana Zerrizuela



2 nov 2008

GRACIAS POR PEPE ELIASCHEV

Pepe escribio una hermosa nota en Diario Perfil que nos permitimos reproducir., gracias a vos tambien Pepe..



Mirado desde afuera, se hacía cada vez más respetable, pero no abundaba para con él el afecto, ni la confianza total. El exilio había llevado a algunos radicales al exterior, pero en esencia los que nos habíamos ido del país proveníamos del peronismo, de la izquierda, o éramos independientes. En este ámbito, Raúl Alfonsín era considerado con distinción, sin arrebatos emocionales. Su figura se había catapultado cuando en 1982 fue el primer político de peso en oponerse a la escandalosa tragedia de Malvinas, pero esa mañana del 30 de octubre, cuando tomábamos café y cambiábamos impresiones en un Sanborn’s sobre el Paseo de la Reforma del Distrito Federal, nuestra pasión política estaba encorsetada y mascullábamos nostalgia, irritación y esperanzas. Habíamos ido al consulado argentino en Ciudad de México a que nos certificaran que estábamos a más de 500 km de nuestro lugar de votación. Imposible votar por Alfonsín ese día, pero sabíamos que el exilio terminaba y llegaba la hora de volver. Nosotros, los que nos habíamos ido del país un año y medio antes de que las Fuerzas Armadas ocuparan el poder, sabíamos que habíamos salido de una Argentina gobernada por los peronistas y que, en ese lúgubre 1974, cuando empezó nuestro alejamiento, ya eran decenas los asesinados a mansalva por fuerzas de tareas comandadas desde la Plaza de Mayo. Ahora el momento había llegado. Era hora de cerrar una época densa, significativa, formidable y a la vez trágica. La negritud se despejaba, lo siniestro retrocedía. Es sencillo demostrar que Alfonsín no hubiera significado lo que su figura y su proyección terminaron implicando sin la masiva y movilizada militancia que él supo motivar y que le dio sustancia y carnadura a su marcha a la Casa Rosada. Pero al final del día, la divisa rojiblanca de su partido, desde cuya identidad activó toda su vida como hombre político, cedió preeminencia a favor del RA, asociado con el país y con la república. Esa fue su fuerza y su mensaje, entonces imbatible. No sólo se asociaba con el mayor denominador común (sistema y patria), sino que ponía en acto una manera de vivir, experiencia democrática que pulverizaba a un justicialismo inadecuado, antiguo y ambiguo. Alfonsín era la posibilidad de soñar con lo que durante años había estado relegado e incluso oculto. El peronismo que había hecho implosión de manera sangrienta ya en 1973 no era opción una década más tarde. No lo era porque no se proponía serlo. El aparato político que presumía de monopolizar el favor de los pobres apoyaba en 1983 la autoamnistía que se habían regalado las Fuerzas Armadas al abandonar el poder. Alfonsín se convierte así, por definición y decisión, en conductor político de una era definida por las rupturas. Quiere ser y será el ciudadano a cargo del Poder Ejecutivo que consume el fin de la impunidad. Firma el decreto de enjuiciamiento a las juntas militares del terror, pero no se olvida de las responsabilidades de los guerrilleros que desde el 25 de mayo de 1973 prosiguieron, impertérritos, secuestrando y asesinando. La guerrilla, que no quería ni pedía democracia alguna, no se lo perdonó. En 1989, últimos vástagos del ERP atacaron una unidad militar a sangre y fuego (La Tablada), mientras numerosos y calificados remanentes de Montoneros se alineaban con Carlos Menem, que los indultaría meses más tarde, tras mantener promiscuidad con los carapintadas. Pero Alfonsín venía de otro escenario de valores, configurado por la necesidad de estimular la diversidad y procurar a toda costa la convergencia entre culturas y prácticas diversas. Hay que recorrer el armado humano de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas y el Consejo para la Consolidación de la Democracia para advertir y registrar claramente esa impronta democrática resistida por la fuerte marca autoritaria y corporativa que lo llevó a denunciar el pacto militar-sindical. Su figura terminaría siendo clave y determinante con los años, sobre todo si se considera la calamidad nacional que era la Argentina de 1983 y la colosal excepcionalidad de un país que, a diferencia de Chile, Brasil y Uruguay, tuvo que abocarse a una transición democrática inédita, sin salvaguardas ni garantías. La Argentina será en los ochenta el país donde el presidente Alfonsín zamarrea sin miramientos a un fascista párroco militar en medio de una misa, o le pone los puntos sobre las íes, y en la propia Casa Blanca, a un presidente norteamericano abocado al derrocamiento de legítimos gobiernos centroamericanos. No descuelga cuadros. Alfonsín juzga criminales en uniforme y se aguanta pagar el precio. Va a Cuba, habla con Castro, propicia romper con la Guerra Fría en el hemisferio, y sella el fin de las hipótesis demenciales de conflicto con Chile (Beagle), apostando todo a la apertura democrática en ese país, donde el estado de derecho arribaría sólo siete años después. Todo llega alguna vez. Este 30 de octubre, la persona a quien la actual farándula periodística denostaba con sarcasmos hace una década, pidiéndole que dejara de salvarnos, el viejo líder es hoy poderoso talismán de energías democráticas, al que ahora se acercan, para validarse, oportunistas que creyeron que se salvaban con los Kirchner, y hasta la propia Presidenta, cuyo homenaje en la Casa Rosada fue un monumental acto de hipocresía concebido para que ella resultara beneficiada del prestigio de un hombre que debe ser reconocido en la praxis política y no en los fuegos artificiales del carnaval mediático. Ahí está él. En su batalla acumula buena dosis de errores y gruesa cosecha de fallas. Nadie mejor para admitir su humana falibilidad. Siempre me impresionó eso en él, tras haber sido privilegiado por su afecto y su respeto sólo desde que perdió todo poder; ha vivido una vida respetuosa y considerada para con sus semejantes. Encarna aquellos valores de decoro, modestia, frugalidad y respeto que lo convierten en figura dolorosamente asincrónica en la Argentina. El ha sido piloto y camillero, estadista y socorrista, hombre de Estado y gestor de acuerdos que si bien no siempre fueron oportunos, revelaron de manera invariable una visión histórica amplia y generosa para superar los principales y más graves dilemas argentinos. Ha afrontado, sin embargo, problemas que fotografían de manera lapidaria rasgos aborrecibles del país que no termina de morir, territorio de hegemonías supremacistas y mezquindades insondables. No ha recibido los agradecimientos de una sociedad civilizada para un hombre que ha cumplido el papel que él quiso, supo y pudo cumplir, paradigma de una época mejor, más sana, más pacífica, superior. Por eso, yo, libreta de enrolamiento 4.530.522, le digo gracias. Su nombre, Alfonsín, me sabe a libertad.